miércoles, 7 de diciembre de 2016

Un rayo de esperanza


Tu abrazo llegó cuando mi alma moría de frío, 
un abrazo amistoso, cálido y reconfortante.
Sin duda la vida tiene esos pequeños detalles que 
suelen pintar de colores cualquier atmósfera gris.

Y sí, sólo me bastó ese abrazo para coger impulso, 
para seguir mi camino con una luz de esperanza.
Creyendo en que allá afuera hay gente de buena voluntad, 
corazones que aman y a los que se les puede amar.

Mily Murillo 




lunes, 14 de noviembre de 2016

Lágrimas congeladas






La relatividad del tiempo

Tú buscando una canción que cure el alma

En días agitados

Cascadas de lágrimas congeladas.

Deseas un café de olla

Un paseo por las calles de tu pueblo

El aroma de un pan recién horneado

Las hojas de otoño acompañan tus pasos.

Mientras que los sueños robados 

Se desvanecen 

A merced del calendario

La relatividad del tiempo, 

Insisto.



Mily Murillo 






viernes, 11 de noviembre de 2016

Durazno II


   Pues resulta que soy yo la puñetas que encontró tu cadáver. Quién me viera en el bar de siempre pero en la mesa más escondida, bebiendo un maldito trago dulce que mi paladar lo transforma en amargo, entre mis dedos está quemándose uno de tus cigarrillos. Concuerdo contigo, no sé si termina de gustarme este sabor a durazno y a menta. Hey tú, la del sesenta y ocho, quién te ha dado el derecho a "cagarle" la existencia a alguien más, quien te crees, bueno, quién creíste ser al momento de escribir la nota de suicidio más tonta del mundo. Quiero que sepas que te fumaste seis cigarros, que me han quedado catorce, bueno, trece, que sepas que han pasado treinta y cinco días, y desde entonces no hay en mi mente ninguna otra imagen que no sea la de tu pálido cuerpo sobre el sillón púrpura, esa sonrisa diáfana en tu rostro, esa maldita sonrisa de tu hermoso rostro. ¿De qué planeta eras? quién luce con tanta belleza en un charco de sangre, con la vida resuelta,  el alma ausente y la muerte cubriendo su cuerpo con la rudeza propia de los infiernos. ¿Brindar por ti? qué va, estoy bebiendo porque lo necesito, insisto, quién puñetas te crees que eres, por qué dejas a alguien más la estúpida labor de fumarse tus cigarrillos, por qué tengo que pensar en tus motivos, por qué tengo la necesidad de ir a tu departamento y hurgar entre tus cosas. Hace treinta y cinco días que tu llave anda en mi cartera, que no duermo, que deambulo en mi habitación, nota en mano, que al día siguiente soy  la sombra de quién solía ser antes de aquél servicio que se me asignó. Supongo que escribirle una carta a un fantasma y fumar sus cigarrillos son "Cosas de bar"...

Mily Murillo 

miércoles, 9 de noviembre de 2016

Silencios


   Los silencios se van acumulando, el de la noche anterior, el de esta mañana, el de hace un momento; los silencios son gritos desesperados, son palabras que se mueren camino a su expulsión, son pensamientos congelados y diáfanos, son cadenas, son anclas que se tiran en la profundidad de un desconocido lago. Vives el silencio con dosis de café, nicotina, páginas leídas, otras tantas escritas; sin embargo, el silencio es como el salitre, corroe. No queda más que lamerte las heridas, saborear la sangre, pretender que ya no duele, tener el registro de su intensidad. Los silencios que surgen con el sol son los más dolorosos, los que se multiplican acaloradamente, mientras que los de la noche son tranquilos, son pausados, son menos que en el día, porque en medio de las sombras, de la luna, del gato en la azotea, deambulado por los pasillos,  del café y del cigarro, de la música... los silencios hablan, se abren espacio en el alma, se expulsan a través de las lágrimas, de las palabras.



Mily Murillo 





lunes, 7 de noviembre de 2016

Durazno


Un cigarro,
La sangre hirviendo
 -no,  no por pasión-.
No de esa.

Afuera hay luna,
Aquí el humo del cigarro se confunde con el caos de mis adentros.

Quiero un trago,  dulce por favor, que de tragos amargos ya he tenido suficientes. Y este cigarro con sabor a fruta no termina de gustarme.
Sí,  he vuelto a fumar,  hace un mes compré la cajetilla, tal vez he fumado seis y es mucho. ¿A quién le escribo,  quién leerá esto?

Es la nota de suicidio más tonta que nadie ha leído jamás. Amigo,  amiga, no sé quién puñetas encontrará mi cadáver,  hazme un favor. Termina de fumarte mis cigarrillos, tómate un trago dulce, tira estas palabras en el fondo del mar, si puedes, alguna vez después de este día, recuerda a la del departamento 68 para que sepas lo que se debe hacer y lo que no en la vida.

Mily Murillo




sábado, 23 de julio de 2016

Cita clandestina


Pareciera que esta mañana la luna se resiste a marcharse,  como si de un amante se tratara,  en medio de la cita clandestina que le hace latir el corazón.

Mily Murillo




viernes, 15 de abril de 2016

Brea


En las sombras
El dolor,
En tus ojos
El olvido.
Emociones de color ocre
Lágrimas de brea,
Cielo efervescente
Alma prisionera

Mily Murillo


viernes, 4 de marzo de 2016

Atardecer en la Isla




Apaga la luz del día,
Cubre tu rostro universal,
Baja el manto de luna y estrellas. 

Mily Murillo 

miércoles, 10 de febrero de 2016

Cosas de bar



Una copa, un cigarro, un bar sin gente, un cantinero que no converse, no más de diez grados en la temperatura ambiente, el móvil estrellado en cualquier pared, que al segundo trago cierre los ojos y al abrirlos despierte en aquella casa de piedra fría pero de cálida chimenea, la casa en un pueblo lejano, la que posee un librero empolvado y un aire de misterio. Es lo que deseaba para esa noche; sin embargo, un extraño le ofrece fuego, el bar está lleno, el cantinero habla hasta por los codos, le han servido ya tres copas, el móvil sobrevive, el calor aumenta y aún no cierra los ojos.



Mily Murillo






martes, 2 de febrero de 2016

Espera



Mientras espero,
le he tomado gusto al sofá destartalado,
al sitio web que me enseña a cocinar Kimbap y Kimchi,
a soñar que una buena mañana despertaré en Seúl o en las Islas de Jeju.

Mientras espero,
le he tomado gusto a  pretender que después del viernes llega el lunes,
a que sea lunes y dar gracias a Dios porque el domingo terminó,

Mientras espero,
le he tomado gusto a La Cabaña, el café solitario de la olvidada Plaza Real,
a comer uvas cuando cae la tarde.

Mientras espero,
le he tomado gusto a esta sensación en el pecho, ese no se qué que aumenta o disminuye según salga el sol o la luna...

Ha sido una espera muy larga,
aunque he de confesar que no siempre he esperado, otras tantas he salido a buscarle. Pero en la cancha o en la banca, el amor sigue de turista por alguna playa lejana.


Mily Murillo