Una copa, un cigarro, un bar sin gente, un cantinero que no converse, no más de diez grados en la temperatura ambiente, el móvil estrellado en cualquier pared, que al segundo trago cierre los ojos y al abrirlos despierte en aquella casa de piedra fría pero de cálida chimenea, la casa en un pueblo lejano, la que posee un librero empolvado y un aire de misterio. Es lo que deseaba para esa noche; sin embargo, un extraño le ofrece fuego, el bar está lleno, el cantinero habla hasta por los codos, le han servido ya tres copas, el móvil sobrevive, el calor aumenta y aún no cierra los ojos.
Un bonito relato para expresar que a veces las apetencias no concuerdan con el ambiente que rodea.
ResponderBorrarMe gustó leerlo.
Un beso Mily.
Hola guapa, es un placer tenerte en esta tu casa. Un brindis por esos momentos entre una y otra circunstancia.
BorrarVivencias, me vi en ellas atrapa tu relato muy bueno !!! ese ambiente lo has descrito tal cual , te quedó lindo , un abrazote desde mi brillo del mar
ResponderBorrarGracias amiga bella,te mando un mundo de amor y cariño. Regresa siempre que tu visita la aprecio.
BorrarLa realidad nos golpea fuertemente a la cara para hacernos despertar de los ensueños. Los deseos no cumplidos nos desalientan. Pero mientras podamos seguir soñando, seremos felices durante unos instantes.
ResponderBorrarUn abrazo.
Que los sueños nunca se interpongan con tu realidad, pero mejor aún, que la realidad jamás lastime tus sueños.
BorrarBesos y abrazos
Un lindo relato y sumamente real.
ResponderBorrarUn beso y mis deseos de felicidad.
Besos mi bells amiga, que todo el amor que nos compartes se duplique para tí.
BorrarEl bar es un universo distinto, donde no hay más lógica que el dejarse llevar (o afrontar) lo que en ese momento suceda. Por ello no es casualidad, de que los que acuden para olvidar, terminan recordando mas. Los que van a conocer a su media naranja, terminan conociendo a su medio limón. Los que quieren celebrar, terminan en alguna pelea. Y los que quieren estar solos, consiguen compañía.
ResponderBorrarCreo que tu relato es crudamente cierto y que el título “Cosas de bar” te quedó preciso, exacto, a la medida.
A la distancia te brindo un “salud” desde mi bar preferido, a donde llegué buscando un trago para matar un mal día, pero fueron tus letras las que me regalaron una caricia en el corazón. Es decir, no fue el coctel quien me levantó el ánimo, fuiste tú…(cosas del bar)
Por esas cosas de bar es que hoy mi corazón te agradece infiniramente.
BorrarNada ayuda al olvido...un abrazo. Carlos
ResponderBorrarAbrazos con afecto querido Carlos, gracias por tu visita.
BorrarÉste, éste tiene aires de autenticidad y regalo para la mente. Me evoca recuerdos y me da sed. Tras leerlo un par de caladas y cerrar los ojos. Todavía puedo escuchar el jaleo del bar.
ResponderBorrarNeeze qué gozo me provoca que hagas tuyas mis letras. Infinitas gracias por llegar, eres bienvenida y será un gusto que te quedes.
BorrarBesos y abrazos.