Tu abrazo llegó cuando mi alma moría de frío,
un abrazo amistoso, cálido y reconfortante.
Sin duda la vida tiene esos pequeños detalles que
suelen pintar de colores cualquier atmósfera gris.
Y sí, sólo me bastó ese abrazo para coger impulso,
para seguir mi camino con una luz de esperanza.
Creyendo en que allá afuera hay gente de buena voluntad,
corazones que aman y a los que se les puede amar.
Mily Murillo